Calor en la ciudad. Los pies pesan, la ropa molesta, los guiris molestan, el cemento despidiendo humedad molesta, el tráfico molesta. Pero, por un ratito, cierro los ojos y me imagino en la pequeña piscina de Chacabuco, el olor a cesped recién cortado, el asado esperando en el quincho y así una gotita menos cae de mi frente.

1 comentario:

Helena Perez Garcia dijo...

Me gustan mucho tus ilustraciones! Un saludo!